Realizado junto a Iñigo Prieto Moris
Se propone intervenir con un elemento contrapuesto a la antigua chimenea. Un plano de cubierta inclinado que oculta el parque desde las zonas de acceso, presentándose como basamento en perspectiva de la monumental chimenea. El edificio quedaría encajado por su parte trasera, y semienterrado entre dos taludes. Allí se sitúan las partes más cerradas del programa, quedando las zonas de encuentro en la zona frontal, en completa continuidad visual con el exterior.
Esta cubierta quiere englobar con un gesto potente toda la actividad del programa. Los espacios interiores se conforman con elementos móviles y acumulables para permitir una gran versatilidad. Excepto las actividades que requieran un especial silencio (conciertos y conferencias), las demás se desarrollan abiertas al vestíbulo de relación, en un intento, no de aislar, sino de integrar.”
La entrada al edificio se produce tangencialmente desde el futuro acceso al parque. A medida que se desciende por la rampa, cambia la visión de fondo. Al principio, el plano inclinado con la chimenea detrás, y finalmente los árboles desde abajo.
Las aulas de reunión son armarios desplegables con ruedas y combinables en los que se guardarían sillas y mesas. El espacio de exposición se integra en el vestíbulo, manteniendo la permeabilidad cafetería-vestíbulo. La cafetería, muy relacionada con el parque, permite el movimiento exterior-interior cuando el tiempo lo permita.
Se podrían realizar conciertos total o parcialmente al exterior, prolongando la huella del salón de actos. Se propone una zona en continuidad, pavimentada con baldosa cerámica. Las aulas polivalentes con sus particiones móviles dejan también gran versatilidad de uso.
Las salas de conferencias y conciertos pueden compartir escenario, en caso de necesidad, y aumentar su aforo.
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